La Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN) fue una doctrina militar surgida en el contexto del conflicto entre EE-UU y la URSS[1], llamado Guerra Fría[2], en condiciones de paridad de armamento nuclear de las dos potencias, y fue aplicada en los países del Tercer Mundo[3] que estaban bajo la influencia estadounidense.
Los EEUU y sus aliados militares en la OTAN[4], tenían la responsabilidad de mantener el equilibrio frente al poderío de la URSS y sus alianzas. Asignaba a los gobiernos de los países periféricos que formaban parte del bloque capitalista la obligación de evitar que el “peligro comunista” o la “subversión” ganaran terrenos.
En Argentina, después de 1955, los jefes de la “Revolución Libertadora” decidieron abandonar la DOCTRINA DE LA DEFENSA NACIONAL vigente durante el peronismo según el concepto clásico de “nación en armas” que consideraba como hipótesis de guerra la provocada por el enemigo externo. La nueva doctrina aceptaba la integración de las Fuerzas Armadas nacionales en los dispositivos internacionales de defensa creados por los EEUU que tenia como hipótesis de conflicto los provocados por un “enemigo interno”. Las fuerzas militares controlarían las FRONTERAS IDEOLÓGICAS, vigilarían las actividades políticas de la ciudadanía reprimiendo las manifestaciones políticas “subversivas”. También avanzaba el control sobre la sociedad civil y la esfera de la vida privada.
Aunque el blanco principal declarado era el comunismo, las actividades represivas apuntaban a los sectores que pudiesen intentar manifestar su descontento con el gobierno, así como quienes desafiaran los valores morales y culturales que debían primar en una sociedad occidental y cristiana.
Para la Doctrina de la defensa nacional, la autosuficiencia económica del país era un objetivo estratégico. En la década del 40, las Fuerzas Armadas consideraron que para alcanzar ese objetivo, los gobiernos debían proteger la industria nacional, garantizar las necesidades estratégicas de abastecimiento y asegurar el control nacional sobre el sistema de decisiones globales en la economía. Esto significa que el Estado adquiere un papel protagónico en la esfera económica y productiva del país y que decide soberanamente sus lineamientos económicos, por encima de las “sugerencias” externas. El prototipo de este tipo de políticas fue el modelo peronista que gobernó al país entre 1946 y 1952 y también el gobierno de facto que lo antecedió (1943/1946).
En la década de 1960, la adopción de las Fuerzas Armadas de la doctrina de la seguridad nacional, modificó sustancialmente las ideas de la mayoría de los militares sobre la relación que debía existir entre defensa, seguridad y desarrollo. El nuevo concepto de “nación” estaba subordinado estratégica y económicamente a los EEUU. Fue así que la cuestión del control nacional sobre las decisiones económicas pasó a un segundo plano. No importaba ya quién dirigía el desarrollo, lo importante era lograr que la nación se modernizara (en Argentina corresponde a las presidencias de la “Revolución Libertadora” (1955/1958), del desarrollismo (1958/1963) y de la “Revolución Argentina” (1966/1973).
[1] URSS, sigla que significa UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS.
[2] Se denomina Guerra Fría al enfrentamiento que tuvo lugar durante el siglo XX, desde 1945 (fin de la 2ª Guerra Mundial) hasta el fin de la URSS y la caída del comunismo (entre 1989, con la caída del Muro de Berlín, y 1991 cuando se produjo un golpe de Estado en la URSS), entre los bloques occidental-capitalista, liderado por EEUU, y oriental-comunista, liderado por la URSS.
Este enfrentamiento tuvo lugar a los niveles político, ideológico, económico, tecnológico, militar e informativo. Debido a que ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas contra el otro, se denominó a este conflicto “guerra fría”. Ambas potencias se limitaron a actuar como «ejes» influyentes de poder en el contexto internacional, y a la cooperación económica y militar con los países aliados o satélites de uno de los bloques contra los del otro.
[3] El término tercer mundo fue acuñado por el economista francés Alfred Sauvy en 1952, haciendo un paralelismo con el término francés tercer Estado, para designar a los países que no pertenecían a ninguno de los dos bloques que estaban enfrentados en la Guerra Fría. La referencia era para los países de Asia, África y América Latina. Actualmente, de manera anacrónica (el «segundo mundo» del «bloque socialista» ha desaparecido como concepto), el término se utiliza, de manera poco precisa, para referirse a los países poco avanzados tecnológicamente, con economía dependiente de la exportación de productos agrícolas y materias primas, altas tasas de analfabetismo, crecimiento demográfico galopante y gran inestabilidad política. También son llamados “periféricos”, “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo”, en contraste con los países desarrollados.
[4] OTAN, sigla que significa ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE (NATO en inglés). Dicho tratado se concretó en Washington 4 de Abril de 1949. Lo firmaron doce países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Portugal). En 1952 Turquía y Grecia accedieron al Pacto, la República Federal de Alemania en 1955 y, finalmente España, que tuvo que esperar a la muerte de Franco para participar en la defensa occidental en pie de igualdad, en 1982. El artículo 5 es la clave del tratado y en caso de una agresión contra un estado miembro compromete a sus miembros a tomar las medidas necesarias «incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte».
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