Rosas no es aún, en su primer gobierno, el hombre nacional que será luego. Es todavía hombre de Bs. As. Y a ello se debe la política económica de su provincia, aquella que enfrentará a su delegado José María Roxas y Patrón con el delegado por Corrientes Pedro Ferré. A Bs. As. Le conviene la libertad de comercio, porque la Aduana constituye el gran recurso de su presupuesto y las exportaciones pecuarias la base de su economía; para el Interior, en cambio, el sistema de 1809 significaba el aniquilamiento de sus posibilidades industriales.
En el marco presentado por las delegaciones de las provincias federadas, reunidas en Santa Fe, la postura del delegado correntino fue la siguiente:
- El que Buenos aires no perciba derechos por los efectos extranjeros que se introducen a las provincias litorales del Paraná, y por consiguiente a las del Interior.
2. El que se prohíban o impongan altos derechos a aquellos efectos extranjeros que se producen por la industria rural o fabril del país.[1]
Roxas y Patrón se opuso argumentando, principalmente con la necesidad que tenía el gobierno de mantener el sistema para afrontar las obligaciones nacionales (deudas de guerra, empréstito Baring, sostenimiento de las relaciones exteriores) que pesaban sobre Buenos Aires y que esta debía pagar, con lo producido por la Aduana. También defendió la libertad de comercio por las siguientes razones:
1) Que si se practicaba el proteccionismo, restringiría el comercio exterior, produciendo la disminución de la riqueza ganadera, la mayor del país y la preponderante en las provincias litorales federadas.
2) Que si se interrumpía la importación de productos, los sustitutos locales serían malos y caros, no satisfaciendo “necesidades que hacen parte ya de la vida”.
3) Que la consecuencia sería una competencia industrial entre las distintas provincias de la Confederación.
Ferré, contestará punto por punto el alegato del representante de Buenos Aires, manifestando:
1) Que las provincias cuyas producciones hace tiempo dejaron de ser lucrativas, forman la mayoría del país.
2) Que tal vez “un corto número de hombres de fortuna padecerán porque se privarán de tomar en su mesa vinos y licores exquisitos”, que tampoco “se pondrán nuestros paisanos ponchos ingleses, no llevarán bolas y lazos hechos en Inglaterra, no revestiremos ropa hecha en extranjería y demás, renglones que podemos proporcionar, pero en cambio comenzará a ser menos desgraciada la condición de pueblos enteros de argentinos y no nos perseguirá la idea de la espantosa miseria y sus consecuencias a que hoy son condenados”.
3) Que nada puede hacer suponer que se produzca una guerra industrial entre las provincias, porque cada una de ellas tiene diferentes especializaciones.
Roxas y Patrón afirmaba que Santa Fe no admitiría las maderas, algodón y lienzo de Corrientes , que esta provincia a su vez se negaría a recibir los aguardientes de San Juan y Mendoza y los frutos del Paraguay. Buenos Aires también, porque al sur, en los nuevos territorios estarán sus bodegas con el tiempo. Ferré contesta así: “no estando más adelantada la industria en Corrientes que en Santa Fe, no ganarán nada los correntinos en traer a Santa Fe lienzos, algodones y maderas, de las que Santa Fe produzca, ni las traerán. No habría por tanto necesidad de prohibición. Los aguardientes de San Juan y Mendoza buscarán otro mercado… todo estará en el orden natural”.
La oposición de Buenos Aires desarticulará el generoso proyecto correntino. Lo que no se cumplió entonces se haría luego, cuando las circunstancias políticas variaran y la incipiente unión provincial del pacto de 1831 se consolidara en la confederación de 1835.
Veintiseis años de liberalismo económico habían producido variados efectos. En 1825, época de Rivadavia, las exportaciones (cueros, carne salada, sebo) totalizaban cinco millones de pesos fuertes, mientras que las importaciones (tejidos, alcoholes, harinas), pasaban de ocho, la mitad provenientes de Gran Bretaña.[2]
[1] Sir W. PARISH, Buenos Ayres and the Provinces of the Rio de la Plata, en, ROSA, J. M., ob. Cit., pág. 120.
[2] FERRÉ, Memorias, pág. 366, en Defensa y pérdida de nuestra independencia económica, JOSÉ MARÍA ROSA, Librería Huemul, Cap. IV, La Restauración, pág. 116.
IMAGEN: De Desconocido – Fotografía extraída del libro «Historia Argentina». Autor: Diego Abad de Santillán.TEA, Tipográfica Editora Argentina. 1971, Buenos Aires, Argentina., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4642711
Pedro Ferré (1788/1867), fue cuatro veces gobernador de Corrientes y convencional de la Constitución argentina de 1853.