por Alejandro Héctor Justiparán
Las verdades en política están condicionadas por el tiempo, por las circunstancias que atraviesan, por el “humor general”, por el sentido común, por el que dirán, por los rechazos y adhesiones que generen. Digámoslo de otra manera, las verdades en política nunca dejan de ser meros enunciados teóricos generales que muy pocas veces reflejan lo que realmente se piensa. Son esas “oscuras intenciones” que presuponemos pero que no podemos comprobar. Vamos con un ejemplo. Caído el régimen militar y hasta hace no muy poco tiempo, el concepto “derechos humanos” parecía lograr el consenso generalizado y el terrorismo de Estado era repudiado desde todo el arco político. Hoy, una pseudo actriz –otrora pseudo funcionaria- que no cree en la existencia de los desaparecidos y que reivindica a la tarea militar, se da el lujo de ser la cara visible de una publicidad televisiva de una financiera. A nadie parece importarle. No hace “ruido”. Hace 10 años hubiera sido impensado.
Todo esto viene a cuento de las declaraciones del frustrado Ministro de Educación macrista, Abel Posse, quien en desgraciadas declaraciones llamó a un indulto para los represores y tildó de “residuos subversivos” a los integrantes del gobierno y de fascista al rock. Lo que me parece grave no es lo que dijo –esperable de un exfuncionario de la dictadura- sino el apoyo que recibió de algunos medios y de algunos columnistas. Me refiero a la editorial de La Nación del 22 de enero que titula “Posse y sus dolorosas verdades”, o al artículo de Mariano Grondona “Posse y la demonización de la derecha”.
¿Será que ya no se puede confiar en la imagen que el espejo nos devuelve? ¿O será que para algunos ha llegado la hora de “ciertas verdades”?
Esto es lo que realmente me preocupa.
A continuación, una síntesis de sus declaraciones:
-“Se busca mantener ilegítimamente encarcelados a los militares que cumplieron el mandato del gobierno peronista logrando el cometido de aniquilar la guerrilla en sólo diez meses. Los oficiales y hasta los soldados son procesados y reprocesados en un ejercicio de venganza disfrazada de justicia.”
-La Argentina “es el país que llega hasta la indefensión nacional para castigar a un Ejército por hechos de hace cuatro décadas” e “indemniza subrepticiamente a quienes participaron de un alzamiento contra el gobierno democrático. El Estado ordenó indemnizar y exculpar a los subversivos.”
-“Los guerrilleros que rodean a los K, aunque ya estaban generosamente indemnizados por su derrotas de los ’70, lograron afirmar la tarea de demoler las Fuerzas Armadas, lograr que los policías se sientan más amenazados e inhibidos en la tarea represiva (…) concediendo excarcelaciones a una gran cantidad de menores”. Luego los llamó “asesinos derrotados”.
-También cuestionó la “ilusión de algunos derrotados persistentes que quisieran transformar nuestras Fuerzas Armadas en milicias ideológicas con ideas muertas y enterradas”. Sobre los sobrevivientes de la dictadura, sostuvo que “se apaña al residuo de subversivos y se los destaca casi como personalidades morales”.
-“Contra los militares se hizo más justicia de la debida –eso es injusticia–. Se anularon indultos con irritante parcialidad, al punto de que asesinatos y estragos masivos causados por los insurrectos aparecen como actos no condenables. Se negó a los oficiales toda exculpación por el juramento de obediencia y verticalidad ante sus mandos, sin el cual sería imposible comandar una guerra.”
Gatillo fácil
-“El gatillo fácil lo tienen en nuestro país los delincuentes”, lanzó Posse, que insistió en que la policía “no actúa con todo su poder”, ni “con la energía suficiente”, que “no tienen armamento ni convicción de ser el brazo armado del Estado”.
-“Los Kirchner se deslizaron con indiferencia y prohijaron el vandalismo piquetero, el desborde lumpen, la indisciplina juvenil. Lograron demoler el básico esquema constitucional de orden público y de ejercicio de la fuerza exclusiva del Estado para cumplir con la misión esencial de reprimir. Reprimir es obligación del Estado. Se enfrenta al delincuente para garantizar la vida del ciudadano con sus libertades (la de circular libremente, por ejemplo). Lograron infectar con un virus ideológico la garantía elemental de seguridad.”
-“Hoy el vandalismo, el piqueterismo politizado y la protesta de tantos desamparados se derraman por las calles con su perfil agresivo.”
Rock y juventud
-“Hoy vemos la degradación familiar, padres que no controlan a sus hijos, jóvenes drogados y estupidizados por el rock.”
-“No vamos a hablar de los que son rechazados con el arito y la droga en el bolsillo, a ésos nosotros no los defendemos” (como embajador en España, sobre los argentinos que viajaban).
Educación sexual
En columnas anteriores, defendió a Baseotto, quien había pedido que se tirara al mar con un peso en el cuello al entonces ministro de Salud Ginés González García porque habló a favor de la despenalización del aborto.
-“Baseotto procede con pasión cuando señala que repartir esos preservativos conlleva un acto escandaloso: de algún modo, se banaliza la sexualidad, se suspende el pudor como estilo de una sociedad católica. Al recibir los preservativos repartidos como caramelos, los chicos quedan perplejos. ¿El pudor de las familias carece de todo sentido?”
-“Sin prevenciones espirituales, morales y religiosas, tácitamente se invita a la banalización del sexo y también a la precocidad sexual. Se preserva el cuerpo y se sigue enfermando el alma juvenil.”
-Como orgulloso integrante del Grupo Aurora, que también integran Marcos Aguinis y Horacio Sanguinetti, aseguró que a los intelectuales de Carta Abierta “les deben dar alguna changa”.