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¿QUÉ ES LA HISTORIA? Edward Carr

Posted by on 22 enero, 2010

El concepto Historia tiene un doble significado:

-.  Sucesión de hechos y procesos de las sociedades humanas a lo largo del tiempo y sus transformaciones.

-. Estudio organizado y ordenado de esos hechos y procesos del pasado humano.

La palabra “historia” proviene de la lengua griega y significa pesquisa o indagación. Sólo mediante el estudio y la investigación podemos conocer el pasado de la humanidad. Las personas que llevan a cabo esta tarea son los historiadores.

La historia, como estudio del pasado, bus ca entender el presente y abrir puertas hacia el futuro. Todos necesitamos conocer nuestro pasado para saber cómo hemos llegado al presente, es por ello que el historiador interroga al pasado para encontrar huellas que aún persisten y nos ayudan a entender el mundo en el que hoy vivimos.

La historia está hecha de continuidades y tradiciones transmitidas, pero también de novedades, transformaciones y cambios. Por lo tanto, el futuro no será igual al presente, sino su continuación. Nosotros somos parte de la construcción de ese futuro.

A continuación, comparto con ustedes algunos fragmentos del libro «Que es la Historia» del historiador inglés Edward Carr.

Edward H. Carr, ¿Qué es la Historia?, (1961, Editorial Planeta, Bs. As., 1993.

«No han sido los historiadores muy dados a teorizar sobre la ciencia histórica. Bajo la influencia de la historiografía académica del siglo XIX se ha tendido a creer que al historiador no le hacía falta tener ideas. Su misión era la de proveerse de una buena técnica de prospección de datos, convertirse en un excelente conocedor de las “fuentes” bibliográficas y documentales, y , provisto de este utilillaje técnico, proceder a la recopilación de los “hechos” históricos. Éstos, de por sí, mostraban aquello que había sucedido, y el historiador, cual notario, debía dar únicamente fe de lo que había pasado. Como lo proclamó Leopold von Ranke (1795-1886), el , más conspicuo representante del positivismo historicista, al historiador le competía tan sólo “mostrar lo que realmente aconteció”.

Las teorias de la historia, en consecuencia, han venido tradicionalmente de la mano de los filósofos, y éstos –piénsese en los casos de Hegel y Marx– han influido de modo decisivo en la labor, supuestamente neutral de los historiadores.»

(…) Decir que el historiador no es un individuo abstracto, sino concreto, producto de unas circunstancias históricas y sociales, equivale también a sostener que la historia no está hecha por individuos, sino por la sociedad entera (…) Del mismo modo que no hay una verdad, tampoco hay en la historia “leyes” –aduce Carr-. Pero leyes entendidas a la manera de la ciencia decimonónica, es decir, como un cuerpo de hipótesis verificadas de una vez por todas después de un proceso inductivo.

“El nacimiento de un valor o ideal determinado, en un momento o en un lugar determinado, queda explicado por las condiciones históricas del momento y del lugar. El contenido práctico de absolutos hipotéticos como la igualdad, la libertad, la justicia o el derecho natural varía de un período para otro, de un continente para el otro… la norma de comparación o el valor abstractos, divorciados de la sociedad y dirimidos de la historia, son una entelequia, lo mismo que el individuo abstracto. El historiador serio es aquel que reconoce el carácter históricamente condicionado de todos los valores, y no quien reclama para sus propios valores una objetividad más allá del alcance de la historia.” (…) primero averiguad los hechos, decían los positivistas; luego deducid de ellos las conclusiones. En Gran Bretaña, esta visión de la historia encajó perfectamente con la tradición empírica, tendencia dominante de la filosofía británica de Locke a Bertrand Russell. La teoría empírica del conocimiento presupone una total separación entre el sujeto y el objeto… el proceso receptivo es pasivo: tras haber recibido los datos, se los maneja.

(…) Croce ejerció un gran influjo sobre el filósofo e historiador de Oxford, Collingwood, el que decía: “la filosofía de la historia[1]no se ocupa del pasado en sí ni de la opinión que de él en sí se forma el historiador, sino de ambas cosas relacionadas entre sí”. Más un acto pasado está muerto, es decir, carece de significado para el historiador, a no ser que éste pueda entender el pensamiento que se sitúa tras él. Por eso “toda la historia es la historia del pensamiento” y “la historia es la reproducción en la mente del historiador del pensamiento cuya historia estudia”.

La reconstitución del pasado en la mente del historiador se apoya en la evidencia empírica. Pero no es de suyo un proceso empírico ni puede consistir en una mera enumeración de datos. Antes bien el proceso de reconstitución rige la selección y la interpretación de los hechos: esto es precisamente lo que los hace hechos históricos.

Los hechos de la historia nunca nos llegan en estado puro… siempre hay una refracción al pasar por la mente de quien los recoge. De ahí que cuando llega a nuestras manos un libro de historia, nuestro primer interés debe ir al historiador que lo escribió y no a los datos que contiene.

(…) sólo podemos captar el pasado y lograr comprenderlo a través del cristal del presente. El Historiador pertenece a su época y está vinculado a ella por las condiciones de la existencia humana (…) la función del historiador no es ni amar el pasado ni emanciparse de él, sino dominarlo y comprenderlo, como clave para la comprensión del presente.

(…) El deber de respeto a los hechos que recae sobre el historiador no termina en la obligación de verificar su exactitud… pero esto a su vez, no significa que pueda eliminar la interpretación que es la savia de la historia… la lectura viene guiada, dirigida, fecundada por la escritura: mejor comprendo el significado y la relevancia de lo que hallo.

(…) La relación entre el historiador y sus datos es de igualdad, de intercambio… el historiador se encuentra en trance continuo de amoldar sus hechos a su interpretación y ésta a aquéllos. Es imposible dar la primacía a uno u otro término.  El historiador empieza por una selección provisional de los hechos y por una interpretación provisional a la luz de la cual se ha llevado dicha selección, sea ésta obra suya o de los otros. Conforme va trabajando, tanto la interpretación como la selección y ordenación de los datos van sufriendo cambios sutiles y acaso parcialmente inconscientes, consecuencia de la acción recíproca de ambas. Y esta misma acción recíproca entraña reciprocidad entre el pasado y el presente, porque el historiador es parte del presente, en tanto que sus hechos pertenecen al pasado. El Historiador y los hechos de la historia se son mutuamente necesarios. Sin sus hechos, el historiador carece de raíces y es de huero; y los hechos, sin el historiador, muertos y faltos de sentido. Mi primera contestación a la pregunta de que es la Historia, será pues la siguiente: un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado.

El historiador, pues, es un ser humano individual. Lo mismo que los demás individuos, es también un fenómeno social, producto a la vez que portavoz consciente o inconsciente de la sociedad a que pertenece; en concepto de tal, se enfrenta con los hechos del pasado histórico.

(…) ilustraré dos verdades importantes: la primera, que no puede comprenderse o apreciarse la obra de un historiador sin captar antes la posición desde la que él la aborda; la segunda, que dicha posición tiene a su vez raíces en una base social e histórica… El historiador, antes de ponerse a escribir historia, es producto de la historia.

Así pues, la historia, en sus dos sentidos –la investigación llevada a cabo por el historiador y los hechos del pasado que él estudia- , es un proceso social, en el que participan los individuos en calidad de seres sociales… el proceso recíproco de interacción entre el historiador y sus hechos, lo que he llamado el diálogo entre el pasado y el presente, no es diálogo entre individuos abstractos y aislados, sino entre la sociedad de hoy y la sociedad de ayer… Hacer que el hombre pueda comprender la sociedad del pasado, e incrementar su dominio de la sociedad del presente, tal es la doble función de la historia.


[1] “filosofía de la historia”, expresión creada por Voltaire.

Bibliografía: CARR, Edward H., ¿Qué es la Historia?, Planeta – De Agostini, España (1961 [1961]).

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