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SOBRE ODIOS Y MALHUMORES

Posted by on 17 abril, 2010

A diario asistimos al malhumor de la gente. A un estado de permanente queja y disconformismo. Como telón de fondo, medios informativos que taladran sostenidamente la conciencia del “argentino medio” con coberturas de robos, secuestros, vejaciones, cortes de tránsito, índices de precios. Predicciones apocalípticas nos vaticinan un escenario de caos, desorden y descontrol.

Obviamente la inseguridad está ahí, a la vuelta de la esquina. Los precios aumentan y afectan nuestro bolsillo. Imposible negar la realidad. Pero no es acerca de eso sobre lo que queria escribir. Sino sobre los potenciales motivos de este estado de crispación que se respira en la calle, en el trabajo, en la escuela y en toda actividad cotidiana.

¿Por qué todo lo que hace el gobierno está mal?

¿Por qué ninguna medida conforma?

¿Por qué la crítica despiadada se antepone al análisis sensato?

¿Por qué al referirse a la presidenta se lo hace de manera tan despectiva e hiriente?

Está claro que los errores del gobierno y lo desacertado de muchas de sus acciones le otorga gran parte del peso de la culpa. Las denuncias de corrupción, los casos de enriquecimiento ilícito (hasta el matrimonio presidencial está sospechado) y una pobreza que se muestra ante nuestros ojos y que no sólo no ha disminuido en estos años sino que se ha incrementado; provocan un natural rechazo, al que adhiero.

Pero tambien resulta cierto que no todo es negativo. La política de derechos humanos, la renovación de la Corte de Justicia, la renegociación de la deuda externa, la nacionalización de las AFJP, la asignación universal por hijo, la jubilación de las amas de casa, la ley de medios, la inversión en las escuelas técnicas. A esto hay que agregarle una economía que sobrevoló la crisis mundial y que ha favorecido claramente a los sectores medios. Los mismos sectores medios que descreen de todo. Nuevamente pregunto, ¿por qué?.

Para intentar una respuesta acudí a dos artículos periodísticos.

Guillermo Martinez[1] sostiene que «Ha surgido un nuevo gorilismo en la era de los K, que consiste en rechazar todo lo que hace este gobierno por considerarlo contaminado y sospechoso. Se trata de un odio irracional, que no se toma el trabajo de analizar cada medida en particular ni de comparar honestamente a esta administración con las anteriores», dice el escritor Guillermo Martínez, uno de los narradores argentinos más traducidos en el mundo. Martínez, que además de escritor es matemático, considera a los Kirchner «la máxima izquierda que puede tolerar la sociedad argentina», aunque aclara que no se siente kirchnerista (…)Martínez afirma que los ciudadanos comunes tienen la tendencia a creer en las teorías del complot, porque ese mecanismo contribuye a elevarles la autoestima. Dice: «La gente tiende a descreer de las explicaciones más sencillas y lógicas y, en cambio, cree con facilidad en historias de poderes ocultos que conspiran para producirlos. Esa creencia genera la sensación de que uno es un iluminado y no un ingenuo, como todos los que «compran» la versión oficial. Por eso digo que es un mecanismo que está al servicio de elevar la autoestima. Aunque, ojo, a veces los paranoicos tienen razón. Es obvio que las logias existen, pero de ahí a suponer que todo lo publicado es falso hay un trecho largo».

“ (…) Ante la pregunta de por qué el kirchnerismo genera tanto rechazo en la clase media, responde: -Porque la clase media argentina -a diferencia de las clases medias en otros países donde he vivido, como Gran Bretaña o Estados Unidos- es muy ostentosa y sólo se solidariza con las clases más bajas cuando le va mal. ¿Te acordás cuando, en 2001, golpeaban cacerolas? Entonces, en el declive, es cuando la clase media está de acuerdo con un gobierno que impulsa el aumento de los impuestos o el blanqueo de la empleada doméstica. Pero esa alianza se rompe cuando las franjas medias empiezan a mejorar y entonces ya no están tan de acuerdo con los impuestos, porque tocan su bolsillo. Ese fenómeno encarna el nuevo gorilismo que vemos hoy (…)-Es un odio irracional a cualquier cosa que haga este gobierno, sin tomarse el trabajo de pensar honestamente si la medida es buena o mala para ellos. O de comparar esas medidas con las administraciones anteriores, que no fueron mejores. Los brotes de felicidad que produjo la enfermedad de Kirchner fueron otro indicador. Lo más elocuente de este gorilismo es que cuando la clase media comienza a mejorar también empieza a mimetizarse con los valores de la clase alta.”

Ver reportaje completo en:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1253982&origen=NLCult

Por otra parte, Eduardo Aliverti, en un artículo del 22/2/10, sostiene que hay tres momentos en la gestión kirchnerista que significaron un quiebre con algunos sectores de la sociedad: “ (…) Las retenciones agropecuarias, la reestatización del sistema jubilatorio y la ley de medios audiovisuales. Ese combo aunó la furia. Una mano en el bolsillo del “campo”; otra en uno de los negociados públicos más espeluznantes que sobrevivían de los ’90, y otra en el del grupo comunicacional más grande del país, con el bonus track de haberle quitado la televisación del fútbol.”

Y como nosotros se pregunta: “ (…) ¿Qué habrá sucedido para que, de aquel tiempo a hoy, y a escalas tan similares de bonanza económica real o presunta, éstos sean el Gobierno montonero, la puta guerrillera, la grasa que se enchastra de maquillaje, los blogs rebosantes de felicidad por la carótida de Kirchner, los ladrones de Santa Cruz, la degenerada que usa carteras de 5 mil dólares, la instalación mediática de que no llegan al 2011, el olor al 2001, el uso del avión presidencial para viajes particulares? ¿Cómo es que la avispa de uno sirvió para que se cagaran todos de la risa y las cirugías de la otra son el símbolo de a qué se dedica esta yegua mientras el campo se nos muere? ¿Cómo es que cuando perpetraron el desfalco de la jubilación privada nos habíamos alineado con la modernidad, y cuando se volvió al Estado es para que estos chorros sigan comprándose El Calafate? Pero sobre todo, ¿cómo es que todo eso lo dice tanta gente a la que en plata le va mejor?”

Ver nota completa en :  http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-140783-2010-02-22.html

Interrogantes, algunas respuestas. Resultado de un sano ejercicio. El de pensar, analizar, discutir. El de no consumir todo tal y como nos es presentado.


[1]GUILLERMO MARTINEZ
Escritor y matemático

Edad: 47 años. Nació en Bahía Blanca, en 1962.

Doctor: en Ciencias Matemáticas. Vivió dos años en Oxford, Gran Bretaña, con una beca del Conicet.

Exito: su novela Crímenes imperceptibles fue llevada al cine por Alex de la Iglesia.

Premios: en 1982, ganó el Certamen Nacional de Cuentos Roberto Arlt, con La jungla sin bestias. En 1989, ganó el premio del Fondo Nacional de las Artes.

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