El Pacto de Cañuelas, firmado por Lavalle y Rosas, fue interpretado por los unitarios como una traición y si bien se formó la lista de unidad, en la víspera de la elección, presentaron una segunda lista, formada únicamente por unitarios. Dominada la ciudad por las tropas del ejército unitario, la lista rebelde triunfó sin problemas. Pero Rosas desconoció esa elección, se negó a levantar el sitio y cerró por completo todas las entradas a la ciudad, reiniciando inmediatamente los ataques sobre Buenos Aires. Lavalle, que se había comprometido personalmente en Cañuelas, y sus colaboradores, que poco después admitieron que habían subestimado a Rosas, iniciaron nuevas negociaciones. El resultado de las mismas sería la Convención de Barracas.
NACE EL DULCE DE LECHE
El 17 de julio de ese año, cuando Lavalle llegó a la estancia de Rosas en Cañuelas, había cabalgado durante largo rato y estaba físicamente agotado. Se dejó caer en un catre de campaña, a pasitos de unas ollas donde las mujeres del servicio solían preparar sus platos. En instantes Lavalle se quedó dormido, vencido por el cansancio.
Casi enseguida llegó al lugar una sirvienta mulata, sin advertir bajo aquél árbol, al general en reposo. Comenzó a preparar lo que llamaba “lechada” : leche extraída del ordeño de la vaca, mezclada con azúcar, que sería usada luego para el mate.
Revolvió un par de veces el líquido espeso y blanco, pero de pronto un ronquido más profundo la sacó de su tarea. Su sorpresa fue grande cuando vio, en el catre de su amo Don Juan Manuel, al “mismísimo demonio enemigo”, el general Lavalle. Corrió a buscar ayuda para reducir al presunto invasor, quién seguía durmiendo como angelito. Volvió de inmediato con varios seguidores armados con palos y trinchetes pero afortunadamente a la vez llegó Rosas.
Al presenciar la escena se rió, detuvo a su gente, les ordenó que lo dejaran dormir hasta que despertase solo y “guay del que lo molestara”. Todos se fueron calladitos incluyendo la mulata.
Mientras tanto, la “ lechada” siguió en el fuego, sin que nadie se acordara de ella.
Al despertar Lavalle, le avisaron a Rosas, que fue a recibirlo, y recién entonces advirtieron que la lechada seguía hirviendo. Alguien se acercó y sacó las ollas del fuego.
Alguien olió un aroma delicioso. Alguien no aguantó la tentación de probar esa cosa marrón y espesa. También Rosas y Lavalle saborearon un poco como si fuera un brindis. Y les encantó. Ese 17 de julio, había nacido el DULCE DE LECHE.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
http://lopezbarrios.blogspot.com/2010_03_01_archive.html
http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/epoca_de_rosas/pacto_de_canuelas.php
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