Derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo, el 18 de junio de 1815, Napoleón se vió obligado a abdicar por segunda vez. Pensaba embarcarse hacia Estados Unidos, pero lo ingleses se lo impidieron. Por eso, desde la isla de Aix, el 14 de julio escribió al principe regente de Inglaterra las siguientes palabras que finalizan con el reconocimiento del emperador hacia su más tenaz enemigo: «Alteza Real: Blanco de las facciones que dividen mi país y de la enemistad de las grandes potencias de Europa, he terminado mi carrera política. Y vengo cual otro Temistocles a sentarme al hogar del pueblo británico, a ponerme bajo la protección de sus leyes, que reclamo de Vuestra Alteza Real como del más poderoso, más constante y más generoso de mis enemigos». Un cabal reconocimiento.IMAGEN: http://latierranoesredonda.blogspot.com/2010/06/recopilacion-de-mentiras-historicas-que.html