
A través del trabajo de arqueólogos, se puede determinar, por ejemplo, si un pueblo de la antigüedad fue agricultor, y si esa actividad fue aprendida y perfeccionada o adoptada abruptamente. En el Cercano Oriente o en Mesoamérica puede observarse el paso del trigo silvestre al trigo cultivado, y del maíz silvestre al cultivado. Estos lugares son considerados centros de invención, y el arqueólogo puede ver -a partir de sus hallazgos- que el proceso de invención fue gradual. En cambio, en Europa Occidental, se pasa bruscamente de un campamento de cazadores – recolectores a un hábitat de agricultores que cultivaban un trigo ya evolucionado. En estas zonas de adopción, la aparición abrupta de restos materiales indican inequívocamente la adopción de una técnica elaborada anteriormente por otro pueblo.
IMAGEN: De Frédéric Vincent – Trabajo propio, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=146623