La relación currículum-sociedad se encuentra signada por la filosofía política propia de una época y del grupo o los grupos que la sostienen. En momentos históricos relativamente cercanos era factible reconocer a los antagonistas en términos de filosofía política en su relación y sus intereses en torno a un currículum, por ejemplo, a una propuesta de cómo educar. Hoy en día, ante el desdibujado futuro de la nueva figura de mundo o figuras de mundo que tendrán como misión darle sentido a nuestras existencias, nuestras luchas políticas y nuestras posturas educativas, es menester reconocer la complejidad y dificultad existente al abordar la delicada relación currículum-sociedad desde la filosofía política.
Acerca de la figura de mundo, Villoro (1992) señala: “[…] para captar su espíritu podemos detenernos en algún momento, allí donde se manifiesta, no ya en rasgos aislados de figuras singulares, sino en ideas compartidas por un grupo, que empiezan a marcar un estilo de pensar común […] La nueva figura del mundo no reemplaza abruptamente a la antigua” (p.10). “La mayoría de la gente sigue pensando en términos [de la figura de mundo anterior]” (p.16).
La transición del siglo XX al siglo XXI ha estado signada de manera paradójica por fuertes cambios e innovaciones y ausencia de timón, de proyecto, que sea capaz de direccionarlos social y políticamente en un sentido amplio, desde una perspectiva filosófica que sea a la vez consistente y que dé respuesta a las aspiraciones e inquietudes de nuestros pueblos latinoamericanos. Sin duda, este momento histórico y social, en el cual se ha logrado tener una mayor masa crítica formada e informada, es el que da cuenta de dichos cambios e innovaciones. Esto es, se vive un momento privilegiado en América latina en relación con la investigación sobre la educación. Se tienen múltiples experiencias y análisis acerca de cambios, innovaciones y reformas, en la universidad y en los sistemas educativos en general. Sin embargo, es en este contexto de madurez de la masa crítica latinoamericana y de los grupos de investigación en educación que a ella pertenecen, donde se aprecia con claridad la escasez de estudios sobre el vínculo currículum-sociedad en el momento histórico que se vive. En materia de currículum, las propuestas, las prácticas, las inquietudes, las disposiciones, los intereses, etc., reclaman hoy, más que nunca, del saber de la filosofía política. Como lo señala Wilfred Carr (2006) en su disertación crítica sobre “Educación sin teoría”, las teorías que fueron valiosas e iluminadoras en el siglo xx hoy muestran su incapacidad de tener implicaciones prácticas en el campo de la educación, y esto tiene repercusiones comprobables en los procesos y las prácticas educativas. Una de ellas: el negar la importancia de la teoría y, en esta línea, de la filosofía política en el campo de la educación, cuando hoy en día es un imperativo histórico en el campo del currículum a partir del estallido de los fundamentos y de las esencias de la cultura occidental.
En términos de filosofía política y como elementos de referencia generales, es importante señalar dos momentos en la historia reciente.
El primero de ellos se ubica en torno a las dos Guerras Mundiales del Siglo XX y al surgimiento, entre las más importantes, de tres escuelas de pensamiento filosófico, las cuales acentuaron distintos aspectos en sus reflexiones, propuestas e investigaciones.
Los filósofos del Círculo de Viena centraron su atención en el lenguaje, bajo la hipótesis de que la causa de los conflictos en el mundo tenía que ver con los distintos significados del lenguaje, de ahí la búsqueda de un lenguaje unívoco y pictórico, capaz de dar cuenta de la realidad de manera puntual. Su interés político se expresa y traduce en el énfasis epistemológico al interior de la filosofía política. El Círculo de Viena se destacó por el análisis lógico del lenguaje y la filosofía analítica. Carnal y Whitehead son representantes importantes de esta escuela que transitó de una lógica simbólica matemática a una lógica simbólica lingüística, donde Wittgenstein juega un papel nodal desde Tractatus Logico Philoshophicus2 (1957) a sus Investigaciones filosóficas (1988).
La Escuela de Frankfurt, preocupada por la sociedad, realiza un cuidadoso análisis de las sociedades de la posguerra y se dedica al análisis y la crítica de las posturas empíricoanalíticas en su relación y posibilidades de comprender a las sociedades. En este sentido, se preocupa tanto de las sociedades que se encuentran en la órbita del mundo democrático(oeste), como de la crítica del socialismo (este).
En estos filósofos políticos se observa una articulación entre la postura epistemológica y la visión sobre la sociedad. Lo anterior es muy claro en Conocimiento e interés de Habermas (1968). La Escuela de Frankfurt ha tenido una gran influencia en las posturas críticas del currículum, principalmente en la década de los 80.
La Escuela de Marburgo y la Escuela de Baden se centraron en el pensamiento neokantiano. Si bien la mayoría de los filósofos pertenecientes a esta corriente de pensamiento realizaron un trabajo con énfasis epistemológico, es importante resaltar que Bajtin, quien se consideraba miembro de la Escuela de Marburgo, viene a ser un filósofo que abre la filosofía política al ámbito semiótico, a la polifonía, al cronotopo (como interface entre tiempo, espacio y código semiótico).
El segundo momento se ubica en la crisis del pensamiento occidental, esto es, de las tres escuelas mencionadas. Atravesado por el giro lingüístico, el psicoanálisis y la cultura, se lo puede reconocer como posmodernidad, antiesencialismo o posfundamento. Lo importante es señalar que uno de sus puntos nodales es la crítica demoledora a lo que Lyotard llama los metarrelatos, en su libro La condición posmoderna (1979).
Este segundo momento de la filosofía política pone en cuestión, precisamente, los fundamentos de los sistemas sociales, políticos, económicos, culturales, éticos, educativos, etc., del mundo occidental y por ello atraviesan a la filosofía política del currículum en nuestros días.
En las reflexiones filosóficas actuales existen diversos tipos de articulaciones filosóficas que recuperan elementos del Círculo de Viena, de la Escuela de Frankfurt, de las escuelas neokantianas de Marburgo y Baden, a la luz del antiesencialismo y de la búsqueda de nuevos horizontes utópicos que nos permitan continuar pensando en la relación currículum-sociedad. De ahí que pareciera que es no sólo importante sino nodal abrevar de la fi losofía política del currículum.
En la actualidad, nuestros proyectos educativos latinoamericanos se encuentran con fuertes influencias de la filosofía política, generalmente con un velo que oculta fuentes, autores, intenciones y sentidos en cuanto a pensar la relación currículum-sociedad y a formular propuestas curriculares que recuperen los elementos filosóficos que nos permitan no sólo transitar por este momento histórico, sino ser constructores de las nuevas tramas sociales que nuestros pueblos reclaman, que aclaren y aporten elementos constitutivos a la filosofía política del currículum desde una perspectiva latinoamericana.
Alicia de Alba
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, Universidad Autónoma de México (UNAM). Investigadora Titular C. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Autora de numerosas publicaciones, tales como: The curriculum in the postmodern condition; El currículum universitario de cara al nuevo milenio; Posmodernidad y educación; Currículum: crisis, mito y perspectivas; Teoría y Educación. En torno al carácter científico de las teorías educativas, entre otras.
Tomado de: Anales de la educación común, ¿Filosofía política del curriculum?
IMAGEN: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2005/01/23/educacion/index.html
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