La década que siguió a la Revolución de Mayo , fue testigo de sucesivas convulsiones que conmovieron los intentos centralistas de los diferentes gobiernos porteños que sucedieron a la Primera Junta (Junta Grande, Primer y Segundo Triunvirato, Directorio). La victoria de los caudillos López y Ramírez sobre el Director Supremo Rondeau, significó el triunfo del federalismo en oposición al gobierno dictatorial porteño.
Desde el comienzo de nuestro período independiente, dos fuerzas antagónicas trataban de ocupar el gobierno. Una minoría porteña intentaba imponer los principios liberales, propiciando un gobierno centralizado (llamados directoriales o unitarios). Los opositores militaban en el partido federal, cuyos integrantes se resistían a la influencia de las nuevas ideas, bajo una posición conservadora y tradicional. Hasta 1820, los primeros supieron mantenerse en el poder, manteniendo la capital en Buenos Aires y sosteniendo la organización heredada del antiguo virreinato. Uno de los hechos que desencadenó la ruptura, fue la sanción de la primer Constitución Nacional en 1819, que bajo la influencia porteña, sostuvo el poder unitario, provocando la fuerte reacción de las provincias del Litoral. El escenario del enfrentamiento fue Cepeda y el triunfo fue para los caudillos provinciales. Caído el gobierno central, se inició, según lo interpretaron algunos historiadores, el período de la anarquía. Lo que ocurrió, es que a partir de entonces, se reafirmaron las autonomías provinciales, sin un gobierno central claramente (u oficialmente) identificado. Anarquía es sinónimo de falta o ausencia de gobierno. Debe aclararse que en realidad lo que faltaba era un gobierno centralizado, y no una organización política. A continuación, transcribo los fragmentos más significativos de la obra de Ricardo Levene, referidos a dicho período.
… la anarquía tiene un aspecto institucional: aquel desorden engendró una organización. Desde el punto de vista de la Nación, bastaría recordar los tratados de Pilar y Benegas, en que las partes se obligaron a reunir un Congreso general, iniciando la serie de los pactos preexistentes de la Constitución. (…) Hemos tenido el día sin gobernador (…) a ese 20 de junio le sucedieron días con dos gobernadores. (…) Para Buenos Aires el año de la anarquía señala el momento de su aparición como provincia, creándose la Junta de Representantes y la jerarquía del gobernador legal.
El Cabildo abierto de 16 de febrero, creación de la nueva entidad: la provincia y su junta de representantes.
… desconocida por los caudillos la autoridad del Cabildo para reasumir el mando de la provincia (…) se consulta a Cabildo abierto (…) se forma la Junta de representantes (institución típica del gobierno representativo federal). … tres momentos sucesivos caracterizan la vida de la Junta: en el primero (15 días) se disgrega llamándose a nueva constitución; en el segundo: (mayo y junio)la entidad se erige con carácter autónomo, desafiando al gobernador (…) dicta el primer Reglamento Constitucional de la Provincia (…) ratifica el tratado del Pilar (…) no se muestra decidida a cumplirlo para organizar la Federación (…) se opone al sometimiento de Buenos Aires, y se disgrega, nuevamente, en ese 20 de junio, víctima de una sublevación general de tropas de la capital y la campaña.
Hay un período intermedio entre el segundo y tercer momento. Un gobernador es nombrado por la fuerza y otra fuerza mayor lo derriba. El Cabildo reasume el mando (…) designa gobernador a Dorrego, quien se compromete a convocar una nueva Junta de Representantes.
En el tercer momento (6 de setiembre de 1820 a Agosto de 1821), la crisis se sintetiza al final en la lucha del Cabildo y Junta de Representantes, hasta la abolición del primero y cambio fundamental en la constitución en la segunda.
Sarratea designado gobernador provisional. Aprobación del Tratado del Pilar, sus problemas económicos, separación de Sarratea y nombramiento de J. R. Balcarce. Vuelta de Sarratea al gobierno.
Esta Junta de Representantes (…) elige gobernador provisional a Manuel de Sarratea (17 de febrero). (…) El 24 de febrero a las 2 de la tarde se aprueba y ratifica el Tratado del Pilar, firmado el día anterior entre Sarratea, Ramírez y López…. El problema económico estaba también en discusión y se resolvía por el nuevo principio de la libre navegación de los ríos que hacía entrar las ciudades del litoral al comercio interior y exterior. Había algo más. Santa Fe y Entre Ríos recordaban -por el artículo 3- el estado difícil de aquellos pueblos (…) Sarratea entregó armamentos y vestuario al Ejército Federal, en virtud de los artículos citados y de un pacto secreto…. hicieron creer en una rendición incondicional de Buenos Aires (…) una multitud reunida en la Plaza de la Victoria el 6 de marzo elevó petitorio (…) el pueblo entró en la Sala Capitular (…) resolviendo separar a Sarratea.
Terminó el primer episodio de esta comedia electoral con el nombramiento del coronel mayor Juan Ramón Balcarce. (…) Este sector del pueblo era la parte labrada de la sociedad y hacía ahora un tirano como antes había gestionado la venida de un monarca para concluir con la anarquía. La serie de gobernadores con omnímodas facultades comienza con Balcarce (…) «La farsa» de Balcarce, como la llama «La Gaceta» duró la semana del 6 al 11 de marzo y Sarratea fue repuesto en el cargo con la intervención de Ramírez. Ahora la opinión de los revoltosos aceptaba la entrega de lo que pedía Ramírez. … en ningún caso se cita el envío del armamento en la escuadrilla para ponerla a disposición de Ramírez, haciéndolo dueño de la navegación de los ríos, ni tampoco hay pruebas de que Sarratea se comprometiera a dotar de un ejército a José Miguel Carrera para anular a San Martín[1] (Oficio del Cabildo del 22 de marzo por los miembros de la junta ya disuelta).
Bando de Sarratea convocando a elecciones, nombramiento de representantes de la campaña. Elecciones en la ciudad. El veto. Cesa Sarratea y se nombra a I. Ramos Mejía. El nuevo reglamento político de la provincia de Buenos Aires.
Ahora se llamaba a votar a la ciudad y la campaña. …) La vida económica de entonces debe considerarse en toda su importancia para abrir juicio sobre los sucesos de 1820 en los que influyeron decisivamente los intereses y las fuerzas de la campaña. No creo en la fórmula (…) que ha afirmado la existencia de dos clases rivales, unitarios propietarios y federales proletarios, pero el lector verá como aparece y se agranda por momentos la influencia conservadora de la campaña sobre la ciudad y la unión de ambas entidades, prescindiendo de la distinción entre federales y unitarios, en una clase propietaria y patricia para la defensa de sus bienes y garantía de la paz pública. Al terminar el escrutinio de las elecciones, el Cabildo comunicó su resultado a Sarratea, quien el día siguiente, trató una cuestión fundamental: la del veto opuesto a algunos de los nombrados[2].
… el día 30 (…) fueron inhibidos para el desempeño del cargo, por veto del gobernador (…) pasándose a elegir presidente interino de la Junta, que lo fue Ildefonso Ramos Mexía. Al día siguiente, se consideró necesario el ingreso de los cuatro representantes vetados (…) Sarratea cumplió lo mandado.[3] El gobierno de Ildefonso Ramos Mexía duró algo más de un mes y medio y fue un período breve pero muy intenso de acción civil. Entonces se propuso en la Junta de Representantes de Buenos Aires nombrar Gobernador propietario, con todas las facultades civiles y militares (…) la Junta nombra a su presidente, I. R. Mexía. (…) La Junta aplazó la consideración del Reglamento provincial, para tratar la de la promulgación inmediata de otro reglamento. La delegación de las facultades omnímodas al gobernador y por lo tanto la creación de la dictadura legal, parecía ser, hacia Mayo de 1820, la única solución posible. (…) la Junta dictó con el Reglamento de siete artículos, sancionado en las sesiones del 29 y 30 de mayo, la Primera Constitución escrita de la provincia de Buenos Aires.
Meditación sobre el 20 de junio. El Cabildo de Luján reconoce a Soler como gobernador. Los representantes de la campaña eligen gobernador a Alvear. Dorrego, gobernador interino de la ciudad.
Una vez más, en 1820 (…) el problema político es complejo sin duda, pero radica también en la ausencia del grande hombre. (…) El día 19, el gobernador hacía decir sin reserva y explícitamente a la Junta de Representantes (…) que no podía continuar en el mando por el estado de insubordinación de todas las tropas cívicas de la capital. (…) Era Soler el general sublevado que se dejaría proclamar gobernador. El Cabildo de Luján (…) reconocería a Soler como gobernador. (…) Una comisión de la Junta pasó al Ayuntamiento acompañando al gobernador Ramos Mexía quien depositó el bastón. El acta capitular declara haber quedado acordado se pasase el oficio por el Cabildo al general Soler para que compareciera a prestar juramento en la Sala del Ayuntamiento. (…) Soler al salir a la campaña sufrió una derrota absoluta. Vencido Soler, cuyo nombramiento de gobernador había sido impuesto y disuelta la Junta de Representantes, el gobierno fue desempeñado por el Cabildo.
Los representantes de los pueblos libres de la Campaña se habían reunido el 1º de julio y eligieron a Alvear en carácter de gobernador, y comunicaba esta resolución al Cabildo, el que con fecha 4 de julio contestaba diciendo que aquel nombramiento era “inverificable” (…) el Cabildo, de acuerdo con los electores de la capital, ese mismo día elegían gobernador interino, pero solamente de la capital a Manuel Dorrego. Por su parte, la Junta de campaña aceptaba la proposición de que se reuniera un congreso de diputados de la ciudad y la campaña pero permaneciendo mientras tanto el ejército federal, sitiando la capital. La solución fue dada por las armas, con el triunfo de Buenos Aires esta vez, en “San Nicolás”, el 2 de agosto. (…) realiza la entrevista con López y se lamenta no haber podido concertar la paz. Diez días después triunfa en el Arroyo de Pavón (…) se desprende del decisivo concurso de Rosas y Rodríguez. Ese fue el momento en que López lo atacó venciéndolo en Gamonal (2/9).
Las actividades militares de Rosas en el mes de Setiembre, Rodríguez gobernador interino. Tratado del 24 de noviembre. Rosas y un donativo a Santa Fe de 25.000 cabezas de ganado.
… Rosas interviene decisivamente para hacer el nuevo gobernante. Está demostrado que la designación de Martín Rodríguez (26/9) para el cargo es obra suya, y que tal propósito respondía a su compromiso con Santa Fe, de asegurar la paz definitiva con Buenos Aires. En la sesión del 6 de octubre, la Junta de Representantes (…) después de meditar acerca de los sucesos producidos y las delicadas circunstancias del país, con el fín de defender la ciudad de la repetición de tales horrores se acordó por unanimidad, facultar al gobernador por el término de tres meses con todo el lleno de facultades. (…) así pues, por segunda vez la Junta de Representantes acordaba en 1820 al gobernador, las facultades omnímodas como solución para extirpar el germen revolucionario y fundar la paz pública.
El caos de 1820 no tiene sino esta sorpresa: selló la unión definitiva entre Rosas y aquella minoría patricia salvada con su concurso. El gobierno de Buenos Aires no estaba obligado a hacer ninguna entrega a Santa Fe, pero Rosas sí… los “Acuerdos” acerca de las instrucciones a los diputados (…) y en lo referente a la forma de gobierno, en los artículos respectivos se expresa con claridad y energía el pensamiento centralista. (…) El espíritu de la Junta de Representantes en 1821, era profundamente unitario. (…) Así fracasaba por inspiración del gobierno de Buenos Aires, la reunión del Congreso de Córdoba que había sido un objetivo del Tratado de 24/11/1820. Rosas se había puesto con afán en una obra superior a sus fuerzas, pero quien cumplió en la parte económico fundamental había sido la Provincia. Las entregas de ganado que habían comenzado en 1821, continuaron en el curso de 1822, para terminar a principios de 1823.
Noción más amplia sobre la Anarquía de 1820. La revolución de mayo en marcha. Destrucción de las intendencias y cabildos.
Esta llamada descomposición social no es sino la Revolución de Mayo en marcha, que recobra su ritmo originario después de los períodos de abatimiento o de transacción con el pasado virreinal superviviente en la historia patria, pero que hace su crisis fecunda diez años después, destruyendo las jerarquías políticas de las Intendencias, de cuyo seno nacen las provincias, y aboliendo los Cabildos, que fueron cuna de las Juntas de Representantes.
En 1820, la Revolución de Mayo ha triunfado. Del caos ha brotado una nueva fuerza. Hasta entonces, ni en 1813 y 1817, nunca había sido más profundo el sentimiento de solidaridad de las Provincias Unidas con voluntad inquebrantable de constituir la Nación y ahora se estipulaba en pactos solemnes en forma de organización política; y en fin, en 1820, renacía un poder democrático revolucionario, y hacían crisis definitivas los planes monárquicos. (…) Como la anarquía está latente en la Revolución de 1810, la dictadura está en germen en la anarquía. (…) La Nación independiente contra la Monarquía, la República contra el gobierno del Rey, había sido el movimiento progresista y la fórmula simple de la Revolución.
[1] Vicente Fidel López habla de esto.
[2] Juan Pedro Aguirre, Vicente López, Juan José Paso y Tomás de Anchorena.
[3] Sarratea envía a la Junta las causas de su veto, para Levene son procesos abiertos de dudosa razón y sin ninguna prueba consistente. Los cuadernos estaban relacionados por el crimen de haber negociado un rey y fundar una “dinastía clandestinamente”, otros se referían a Pueyrredón por la expatriación de D. French y Manuel Pagola y a sus relaciones con Francia.
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