La caída y renuncia del Director Supremo Carlos María de Alvear, fue celebrado con júbilo en Salta y Jujuy, en Mendoza se confirmó al Gobernador Intendente San Martín y José Gervasio Artigas festejó el término de la guerra y se dispuso a traspasar el río Paraná. Había que actuar rápido para impedir que la falta de gobierno causara males mayores. Fue así que el Cabildo de Buenos Aires procedió a designar los electores que nombraron al general del Ejército del Norte, José Rondeau como nuevo Director Supremo. Para suplir su ausencia, el coronel Ignacio Álvarez Thomas ocupó interinamente el ejecutivo…
El siguiente paso fue la creación de una Junta de Observación con el fin de controlar al nuevo gobierno y evitar así el restablecimiento de una dictadura. Esta Junta, integrada por cinco miembros, redactó un Estatuto Provisional que autorizaba al Director a convocar a todas las ciudades para elegir y enviar diputados a un Congreso Constituyente que se reuniría en Tucumán. Fue la única cláusula que fue aceptada por casi todas las provincias, y posibilitó la reunión que declararía posteriormente nuestra independencia.
El nuevo Estatuto resultó ineficaz, porque el Ejecutivo quedaba subordinado a otros organismos, lo cual le impedía cumplir adecuadamente con las funciones de gobierno, en una época en la que era necesaria una gran libertad de acción del poder central.
El 21 de abril de 1815 asumió Álvarez Thomas. Su principal objetivo fue el de mejorar las relaciones con Artigas, quien encabezaba una Liga Federal integrada por la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Córdoba. Pero no pudo cumplirlo. Los ideales del caudillo oriental triunfaban en el litoral porque eran compartidos por quienes combatían el poder hegemónico de Buenos Aires. Su proyecto de conformar una Unión Aduanera, capaz de poner en contacto con el exterior al comercio de las provincias del Litoral utilizando como puerto de referencia al de Montevideo, era un claro intento de neutralización del poder aduanero de Buenos Aires.
Mientras tanto, convocó a una reunión de los representantes de los pueblos que reconocían su influencia. En ella pidió que le fueran devueltos los pertrechos militares tomados en Montevideo en 1814 y que se reconociera una deuda de 200.000 pesos, suma extraída a la provincia Oriental por las fuerzas porteñas. Las negociaciones iniciadas estaban destinadas al fracaso. La guerra estalló.
En agosto, el Director Supremo envió al general Viamonte al frente de fuerzas que ocuparan la ciudad de Santa Fe y nombraran un gobernador. Este Ejército de Observación, estableció allí a un gobernador adicto a Buenos Aires: Pedro José Crespo, cura de Baradero, diputado para el Congreso que se reuniría en Tucumán. Su gobierno fue efímero. En marzo de 1816, tropas santafesinas al mando del comandante Estanislao López, derrotaron nuevamente al ejército porteño, quedando Santa Fe nuevamente bajo la influencia artiguista. Esta provincia, junto con las otras del Litoral, no acató la convocatoria al Congreso Nacional. Mariano Vera fue proclamado gobernador de Santa Fe.
Ante los sucesos de Santa Fe, el gobierno porteño designó al general Manuel Belgrano, jefe de las tropas que debían operar en dicha provincia. El creador de la bandera, comisionó al general Eustaquio Díaz Vélez para que iniciase conversaciones de paz con Artigas. Extralimitado en los alcances de su misión, Díaz Vélez firmó con el artiguista Cosme Maciel el llamado Pacto de Santo Tomé (9 de abril de 1816), que establecía la evacuación de la provincia de Santa Fe por parte de las tropas directoriales, la destitución de Álvarez Thomas como Director Supremo y la separación de Belgrano al frente de las tropas. El ejército adhirió al pacto y se dispuso a hacerlo cumplir bajo las fuerzas de las armas de ser necesario.
Llegadas las noticias a Buenos Aires, el Cabildo y la Junta de observación aceptaron la renuncia del Director interino y el 17 de abril designaron en su remplazo a Antonio González Balcarce, quién sólo gobernó hasta julio, cuando llegó Juan Martín de Pueyrredón, elegido por el Congreso de Tucumán, para hacerse cargo del Poder Ejecutivo.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
IBAÑEZ, José Cosmelli, «Sintesis de Historia 2», Editorial Troquel, Buenos Aires, 1981.
MIRETZKI, Maria y otros, «Historia 2. La edad Moderna y el surgimiento de la Nación Argentina», Kapelusz, Buenos Aires, 1980.
Departamento de Historia del Colegio Nacional de Buenos Aires, “Historia Argentina. Desde la prehistoria hasta la actualidad”, Fascículo 14, “De la revolución a la Independencia”, Página 12, Buenos Aires, 1999.
IMAGEN: De José Gil de Castro – https://retratosdelosargentinos.blogspot.com/2020/07/ignacio-alvarez-thomas.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=92347376
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