Para aquellos que entendemos que la enseñanza de la Historia ocupa un lugar destacado en la construcción de ciudadanos conscientes de sus derechos y obligaciones, el ejercicio de la memoria resulta vital a la hora de transmitir valores y conductas que hicieron grande a nuestra patria.
Estamos aquí reunidos para festejar los 200 años de la creación de nuestra bandera, en una fecha que está identificada con la vida de un hombre, un argentino de excepción que soñó una patria grande, libre y soberana. Pocas figuras como la de Manuel Belgrano despiertan tanta admiración y compromiso. Quien fuera el genial creador de nuestra bandera ha sido definido como una de las glorias más puras de nuestra historia, y ello es rigurosamente cierto.
Elevado con justicia a la categoría de prócer, fue un hombre tan humano como cualquiera, pero que sin embargo no dejó de luchar y de soñar por su patria, hasta darlo todo por ella, hasta el último aliento.
Manuel Belgrano, brillante abogado diplomado en Valladolid, supo ser un valiente defensor de Buenos Aires durante las invasiones inglesas, lúcido ideólogo dela Revolución de Mayo, visionario y promotor del comercio, la industria, de la cultura y del imperio del derecho. General a la fuerza de ejércitos improvisados, heroicos y harapientos; vencedor, y también vencido; genial creador de la bandera; severo, severísimo consigo y con sus subordinados; sacrificado hasta el fin.
Fue ejemplo de tenaz persistencia ante las adversidades. Valiente hasta el heroísmo. Cuando todos opinaban que era imposible luchar: Belgrano luchaba. Cuando el gobierno mismo lo mandó retroceder hasta Córdoba, henchido de deseos de los pueblos, se enfrenta a los realistas y los vence. Cuando se le ordena guardar aquella bandera por él creada, la hace flamear ante ejércitos propios y ajenos, desoyendo a un gobierno débil demasiado cercano a los poderes de turno y alejado de las necesidades del pueblo.
Ya en febrero de 1812 propone al Triunvirato la creación de una escarapela nacional “de color blanco y azul celeste…”. Entusiasmado con su creación, diseña una bandera con los mismos colores enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías «Libertad» e “Independencia» la hizo jurar a sus soldados. El 25 de mayo de 1812, hace ya 200 años, Belgrano, desconociendo el enojo de las autoridades de Buenos Aires por su acción, bendijo la bandera ante el pueblo de Jujuy en el segundo aniversario de la Revolución de Mayo.
Comenzado el Congreso de Tucumán, sabe que la Independencia por la que tanto ha luchado está cerca, y diseña una estrategia política para ahorrar el derramamiento de sangre hermana, dotando al futuro gobierno de la legitimidad tan necesaria: propone un Rey Inca. Desoído y burlado, décadas posteriores de guerras civiles le darán la razón.
Hacia 1819 su salud se agrava. Discutido, calumniado y abandonado por esa patria por la que todo había dado, el general Belgrano entró en la inmortalidad un 20 de junio de 1820. Su muerte se produjo ante la presencia de unos pocos amigos, y en la pobreza más absoluta. Su cuerpo fue envuelto en el hábito de los Dominicos y sepultado en una humilde caja de pino.
Hoy, en todo el ámbito dela Patria, flamea más gloriosa que nunca la Bandera de Belgrano. ¿Qué otro emblema nos identifica de manera tan unánime?La Bandera inspiró los esfuerzos de la emancipación, convirtió a los niños en hombres decididos a dar su vida por la patria, flamea en las selvas y en los montes, en las pampas y en las inmensidades oceánicas, y supo cubrir en su infortunio a los héroes de Malvinas. Presidió y preside la cotidiana hazaña de educar. Alentó y alienta la existencia de los hijos de este suelo generoso.
La Banderaes lección, mensaje y desafío. En sus pliegues se resume lo que fuimos, logrado a fuerza de fe sacrificio y perseverancia, lo que somos, como pueblo que lucha y reclama por sus derechos, y lo que seremos, soñando con un futuro justo, próspero y soberano, en el que esperamos alcanzar la paz social, nacida de la honradez de gobernantes y gobernados, del respeto por la ley y de la vocación hacia el bien común de cada componente de la sociedad.
Reflexionemos ante el hecho que recordamos, nuestra patria nació con la bandera y surgió del sueño de un patriota, que creó el símbolo sin caracteres bélicos, sin pretensiones de tiranías, ni rencores, ni odios, ni ambición de poder. Honremos la figura de Belgrano, honrando su creación. Respetemos los colores patrios no solamente con las palabras sino con los hechos y las obras. La enseña patria nos unifica y nos representa a todos. Démosle un significado, levantémosla con orgullo y con patriotismo. Entonces, sólo entonces, el sacrificio de este hombre recobrará sentido y se hará justicia.