Las FFAA, actor político de relevancia a partir del Golpe de Estado de 1930, anunciaron el 29 de marzo de 1962 que «el presidente de la República ha sido depuesto». Conducido detenido desde la residencia presidencial, Arturo Frondizi fue trasladado a la Isla Martín García. El entonces presidente del Senado, Jose Maria Guido (1) juró como presidente ante la Corte de Justicia de la Nación. El régimen democrático había sido una vez mas vulnerado y el nuevo mandatario era sólo una fachada de legalidad democrática.
El sector militar, llamado a si mismo democrático, identificados con el derrocamiento de Perón y su posterior proscripción, daba así un paso más en esa suerte de reinvención espontánea del fascismo (2). Negadores de la democracia representativa, su pensamiento estaba acompañado por una profunda aversión a la expansión comunista post-Cuba y al retorno del «tirano depuesto» como calificaban a Perón. Esta actitud militar encontraba apoyo en ciertos sectores de la población civil, y en particular de la clase media. Nunca la Argentina se había hallado tan firmemente hundida en una situación prefascista. (3)
¿Por qué entonces una «restauración institucional» y no directamente un golpe? Para Halperin el clima internacional no era favorable. la administración Kennedy en EE-UU había logrado el retiro de misiles soviéticos en Cuba y comenzaban a creer posible una política latinoamericana no centrada en la isla caribeña. La solución entonces fue el nombramiento de Guido, un presidente sin poder real y fuertemente influenciado por las FFAA.
Con un gabinete inestable por el que pasaron más de cincuenta ministros y secretarios de Estado, Guido anuló las fallidas elecciones de medio término del 18 de marzo y realizó quince intervenciones federales. «Identificado plenamente con los ideales de la Revolución Libertadora», el presidente provisional dispuso el receso del Congreso y la caducidad de las autoridades de los partidos políticos.
En economía, el rumbo no cambió. Federico Pinedo fue pocos días Ministro de Economía y le bastaron para aplicar una feroz devaluación. Reemplazado por Alvaro Alsogaray (4), economista liberal integrante de varias gestiones, se solicitó un nuevo acuerdo con el FMI y se aumentaron los impuestos al consumo y las tarifas de los servicios públicos. Como consecuencia, durante la gestión de Alsogaray, el PBI disminuyó 316 millones de USD, cayó el salario real, descendió el consumo de leche y de carne por habitante en el marco de una recesión generalizada. Se dispuso el pago del aguinaldo en cuotas, el cobro de los sueldos de octubre a fines de noviembre y la devaluación del peso. (5)
Durante la gestión de Guido se produjo el enfrentamiento entre dos facciones de las FFAA, originado por las distintas posiciones en relación con la participación del peronismo en la vida política argentina. Los azules, que acordaban un acceso condicionado de ciertos dirigentes peronistas y los colorados, profundamente antiperonistas. Desde el derrocamiento de Frondizi, el gobierno de Guido estaba controlado por los colorados, integrados por la Marina y la infantería y la artillería del Ejército. Azules eran la Fuerza Aérea y la caballería del Ejército. Rápidamente, del terreno de las declaraciones y los comunicados, pasaron a bombardeos y enfrentamientos de tropas. Finalmente, los colorados se rindieron y el General Onganía, lider azul, fue designado Comandante en Jefe del Ejército. Ante el estado de crisis generalizada, se realizó un llamamiento a elecciones para julio de 1963. El presidente elegido sería Arturo Illia.
- Derrocado Frondizi, la acefalía presidencial fue resuelta con el nombramiento del político rionegrino. En pos de evitar un nuevo gobierno de facto, dos hombres de las filas del frondizismo y totalmente ajenos a la maniobra golpista (los doctores Rodolfo Martínez y Julio Oyhanarte) pensaron una salida jurídica dirigida a salvaguardar las estructuras democráticas de la sociedad política y frenar la intempestiva carga pretoriana que por indecisión o vacilación de los jefes militares se había hecho presente en el escenario político nacional. Esta salida tuvo como eje y protagonista al Dr .José María Guido quien era en su carácter de presidente provisional del senado el primero en la sucesión presidencial. Guido había preferido mantenerse al margen para no servir de pretexto ante la eventualidad de que se quisiera “legalizar” el acto de fuerza. “La presidencia de José María Guido”, de Daniel Rodríguez Lamas, publicada por el Centro Editor de América Latina y que corresponde a la serie Biblioteca Política Argentina.
- HALPERIN DONGHI, Tulio, La democracia de masas, Cap.IV, Después del peronismo, en Historia Argentina 3, Paidós, Bs.As, 2ª edición, 1998, pág. 572.
- Ibídem, pág.573.
- Alvaro Alsogaray acuñó, al frente de la cartera económica durante la presidencia de Arturo Frondizi, la famosa frase “hay que pasar el invierno” en el marco de un programa de ajuste.
- EGGERS-BRASS, Teresa, Historia Argentina, una mirada crítica, Cap.XII, Revolución Libertadora y democracias condicionadas, Maipue, Bs.As., 3ª edición, pág.550.
- Imagen: http://appnoticias.com.ar/app/cuando-jose-maria-guido-fue-presidente-despues-del-derrocamiento-de-arturo-frondizi-el-2931962/