(Jarash, Gerash) es el nombre de una antigua ciudad de la Decápolis (1). Se mantuvo desconocida hasta que el viajero Ulrich Jasper Seetzen la redescubrió en 1806, cuando tropezó con una pequeña parte de sus restos arqueológicos, que al igual que los restos de la antigua ciudad, se encontraban enterrados, lo que explicaría su conservación. Es una de las ciudades romanas mejor conservadas del Próximo Oriente, en el noroeste de Jordania. Próspera debido a sus tierras fértiles y por estar dentro de una de las principales rutas comerciales, fue incorporada al imperio romano por el general romano Pompeyo en el año 63 A.C. En la segunda mitad del siglo I, la ciudad alcanzó una gran prosperidad cuando Trajano anexionó el reino de los nabateos a la provincia de Gerasa. En el año 106 construyó calzadas que atravesaban las provincias y la actividad comercial alcanzó así su máximo esplendor. Acompáñanos a recorrer algunas de sus atracciones, en próximas entregas seguiremos con el recorrido.
En al año 129 el emperador Adriano visitó Jerash y en conmemoración a su visita se construyó un Arco de Triunfo que señalaba la puerta de entrada a la zona sur de la ciudad, en expansión.
Este impresionante monumento de triple arcada es uno de los más importantes construidos por la arquitectura romana. Estaba decorado con bases de media columna adornados con hojas de acanto. Una magnífica inscripción griega adornaba la fachada norte mirando hacia la ciudad. Poco después de ser grabada, fueron borrados los títulos de «Sagrada e Independiente» otorgados a la ciudad. Esto fue hecho por orden del Emperador, e indica que hubo disturbios políticos dentro de Gerasa, que probablemente ocurrieron en la época de la segunda revuelta judía (132/135).
Luego de cruzar el Arco de Adriano, nos encontramos con el Hipódromo, de 245m de largo por 52m de ancho, con capacidad para 15000 espectadores.
La Plaza Oval mide 90m de largo por 80m de ancho y se encuentra rodeada por una impactante columnata.
(1) La Decápolis fue un grupo de diez ciudades de la frontera oriental del Imperio romano, en el sureste del Levante mediterráneo. Estas ciudades se agruparon debido a su idioma, cultura, situación y estatus político, aunque cada una funcionaba como una ciudad-Estado autónoma y nunca se organizaron en una única unidad política.