Cuando el Imperio Carolingio se desintegró a principios del siglo IX, tras la muerte de Carlomagno, el único vínculo duradero y potente que sobrevivió al fuerte localismo que comenzaba a imponerse, fue la idea de comunidad cristiana, encabezada por el Papa, obispo de Roma, quien mantuvo su autoridad espiritual donde el poder político se había desmembrado.
En la Edad Media, todos los aspectos de la vida estaban influidos por la religión y la Iglesia era una institución con un fuerte poder político. El Papa afirmaba que su poder se hallaba por encima de cualquier otro, incluso del de los reyes y solía mediar en los enfrentamientos entre los señores feudales. Al mismo tiempo, la Iglesia era propietaria de grandes extensiones de tierras y señoríos, los que, distribuidos por toda Europa crecían cada vez más gracias a las donaciones y a los impuestos que recolectaban, otorgándole, un importante poder económico…
Los miembros de la Iglesia conformaban el clero, que se dividía en secular y regular.
- El clero secular estaba integrado por los clérigos que no vivían aislados del resto de la gente, como los sacerdotes, párrocos, capellanes y las más altas jerarquías de la Iglesia: obispos y arzobispos. Los obispos estaban a cargo de varias parroquias (las diócesis) y controlaban y supervisaban a los párrocos. Por encima de ellos se encontraban los arzobispos.
- El clero regular estaba formado por monjes que vivían en monasterios sometidos a una serie de reglas estrictas. Este movimiento había surgido hacia el siglo IV cuando muchos cristianos abandonaron la vida mundana y se refugiaron en lugares aislados o desiertos para dedicarse a la oración y la penitencia. Estos religiosos recibieron el nombre de monjes (del griego monakos – solitario). Uno de los más importantes inspiradores de las órdenes monásticas -en las que sus integrantes consagraban su vida a Dios y convivían en comunidad- fue San Benito de Nursia, creador de la regla benedictina, que combinaba el trabajo manual con la oración, el respeto por el silencio y la confesión pública por los pecados.
La Iglesia y la cultura
El poder y la influencia de la Iglesia en la Edad media se extendió al ámbito cultural. Los monasterios, más allá de su función religiosa, cumplieron un importante papel cultural, porque sus monjes -los únicos que sabían leer y escribir- confeccionaban los libros de la época, escasos y muy valiosos. Fueron ellos quienes conservaron las obras de la antigüedad clásica y traducían del griego o romano al latín los manuscritos y los textos que eran empleados en los oficios religiosos. El clero también estaba a cargo de la educación, enseñando lectura, escritura, doctrina cristiana y canto.
IMAGEN 1: Procesión de eclesiásticos. Manuscrito de las «Grandes crónicas de Francia», París, Biblioteca Nacional, en Atlas Histórico y síntesis cronológica, Codex, Madrid 1965, pág. 137.
IMAGEN 2: Gran Enciclopedia temática Plaza, Plaza & Janés, Barcelona 1989, Tomo II, pág. 72.
65 Responses to LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA. Organización y poder político.