La cultura es el conjunto complejo de conocimientos, creencias, arte, valores, derecho, costumbres y tradiciones que genera y adopta un pueblo. El concepto proviene del vocablo latino cultus, que significa cultivo. A lo largo de la Historia, muchas han sido las definiciones y las miradas que se han realizado con referencia al concepto de cultura. Existe, en principio, un uso cotidiano y/o “culto” de la cultura que identifica cultura con educación, ilustración, refinamiento, información, etc. Así, cultura sería el cúmulo de conocimientos y aptitudes intelectuales y estéticas. Esta corriente se referencia en la filosofía idealista alemana de fines del siglo XIX y principios del XX (Spencer, Rickert) que manejaban la distinción entre cultura y civilización.
Para esta concepción, un trozo de mármol extraído de una cantera es un
objeto de civilización, pero cuando es tallado por un artista que le incorpora el valor de belleza, lo convierte en obra de arte y lo vuelve cultura
Se critica a esta mirada el hecho que naturaliza la división entre lo material y lo espiritual, entre lo corporal y lo mental y, por lo tanto, entre las clases y los grupos sociales que se dedican a una u otra dimensión. A
su vez, naturaliza un conjunto de conocimientos y gustos que serían los únicos que valdrían la pena difundir, formados en la historia occidental, especialmente europea.
Desde la antropología, frente a estos usos cotidianos, vulgares o idealistas de cultura, surgió un conjunto de usos científicos que se han caracterizado por separar la cultura en oposición a la naturaleza. Así, por ejemplo, se llamaba cultura a lo creado por el hombre, diferenciándolo de lo simplemente dado, de lo natural que existe en el mundo.
J. B. Thompson(1) distingue entre dos empleos básicos de cultura dentro de este marco, una “concepción descriptiva” y “concepción simbólica”. En la concepción descriptiva el interés estaba centrado en la descripción
etnográfica de las sociedades no europeas, examinándose las costumbres, habilidades, artes, herramientas, armas, prácticas religiosas de pueblos y tribus de todo el mundo. Esta manera global de definir el concepto como todo lo que no es naturaleza, ayudó a superar las formas más primarias de etnocentrismo (2). Permitió pensar que la cultura era lo creado no sólo por todos los hombres sino por todas las sociedades en todos los tiempos. Toda sociedad tiene cultura y, por lo tanto, no hay razones para discriminar o descalificar a las otras. La consecuencia de esta definición fue el relativismo cultural: admitir que toda cultura tiene derecho a
darse sus propias formas de organización, de estilos de vida, aun cuando incluyan aspectos que para nosotros pueden ser sorprendentes como los sacrificios humanos o la poligamia.
A partir de los años `70, la concepción simbólica de la cultura ha sido colocada en el centro de los debates antropológicos por Clifford Geertz. El concepto que propone Geertz es un concepto semiótico, en el que la cultura es la red o trama de sentidos con que le damos significados a los fenómenos o eventos de la vida cotidiana. Y por lo tanto, analizar la cultura consiste en descifrar, interpretar las significaciones que se ponen en juego a través de acciones, expresiones, conductas, las cuales son ya significativas -portan significados- para los individuos que las producen, perciben e interpretan en el curso de su cotidianidad (3)
- (1) Thompson, J. B. (1997) Ideología y cultura moderna. México: Universidad Autónoma Metropolitana. Otros autores fueron Gustav Klemm, en «El desarrollo gradual de la humanidad» o E. B. Tylor, autor de «Culturas primitivas».
- (2) Actitud del grupo, raza o sociedad que presupone su superioridad sobre los demás y hace de la cultura propia el criterio exclusivo para interpretar y valorar la cultura y los comportamientos de esos otros grupos, razas o sociedades.
- (3) Enrique Valiente, Cultura contemporánea, Unidad 1, UNTREFVIRTUAL.