Por Alejandro H. Justiparán
Cuando hablamos de la Edad Media, nos referimos a un extenso período que abarcó más de mil años. Su ubicación histórica entre las luces de la Edad Antigua y de la Modernidad, le dieron una connotación generalmente negativa, sombría. Dicha consideración ha sido revisada y reformulada a partir del siglo XIX por historiadores que han rescatado muchos aspectos positivos en dicho período. Sabemos que las periodizaciones son arbitrarias y artificiales, y que muchas veces encierran generalizaciones que no se condicen con la realidad. Jacques Le Goff rescata una “bella Edad Media” situándose en el siglo XIII, más específicamente entre los años de 1150 y 1250. Lo hace recreando un espacio contenedor que abarca a toda Europa, con un legado artístico y edilicio magnífico, y recurriendo a relatos de viajeros y peregrinos que resignifican al espacio medieval dotándolo de una subjetividad que escapa a los grandes relatos políticos institucionales y que redescubre una Edad Media positiva.
Destaca innovaciones en tres campos: el intelectual, el artístico y el urbano. La “bella Edad Media” de Le Goff transcurre en el siglo de las universidades, de la escritura y de la lectura, la época del gótico y de su máxima expresión arquitectónica: la catedral. Una época de progresos en la producción agrícola, de aumento demográfico y de desarrollo urbano. Esta bella Edad Media es resignificada como más justa y más pacífica, con una Iglesia que da lugar a las órdenes mendicantes y que sienta las bases de instituciones como el matrimonio cristiano. Este tiempo de reyes más preparados e instruidos, es un tiempo de moderación y de equilibrio.
Pero esta mirada del siglo XIII no alcanza para caracterizar toda una era. Es también un recorte tan arbitrario como el de las periodizaciones. Resulta útil para escapar a miradas homogeneizantes. Luces y sombras convivieron permanentemente en esta Edad milenaria.
Bibliografía: Clase 1. La Edad Media descubierta. UNTREF virtual.
«¡La bella Edad Media ha existido realmente!» Jacques Le Goff, 2004.