Intentando explicar el impacto de los conflictos mundiales del Siglo XX en Latinomérica, he recorrido en primer término sus antecedentes. En una primer entrega, sus matrices políticas, para continuar en una segunda sus matrices económicas. Es ahora el turno de explicar el impacto de la expansión capitalista en el continente. En el Mundo Latinoamericano se inició en el siglo XX una serie de profundos cambios cuyo origen es exterior a la región y directamente relacionado con la Revolución Europea y la expansión de la economía capitalista.
El impulso económico que se acelera en la década de 1870, producto de una mejor organización económica, bancaria y de transportes, permite la expansión hacia ultramar promoviendo el crecimiento del área de la economía capitalista como modelo dominante. El incremento del comercio internacional estuvo acompañado de un aumento de las áreas cultivadas y determinó una especialización entre los países industrializados y las regiones productoras de materias primas y alimentos.
Esta expansión del Capitalismo Industrial acentuó la dependencia de las demás regiones, al hacer de sus economías formas complementarias y dominadas de las metrópolis industrializadas. Así expansión del capitalismo significa el predominio de un sistema económico dominante que se expandió por todo el mundo, provocando una marcada diferencia entre el centro, Europa, y la periferia, las antiguas colonias. El predominio económico de Europa la colocó en posición dominante, asegurada por el libre mercado le garantizó la superioridad y promovió la producción de artículos para la exportación.
La expansión del Capitalismo Industrial no se tradujo en la creación de centros industriales en las regiones periféricas, América Latina, Asia y África, sino que se aplicó únicamente a las necesidades del incremento comercial, sustentado por la economía monetaria que actuó de elemento transmisor.
Concluyendo, podemos decir que el impulso económico de esta época desarrolló ciertas formas de producción y acentuó la dependencia de las regiones subdesarrolladas.
Así las mayores facilidades para el comercio internacional con la apertura de casi todos los puertos del mundo, no significaron la desaparición del colonialismo, sino un cambio de forma del mismo, que a través del tiempo sería más perjudicial que el anterior para esas zonas. Con el impulso económico de la época creció la demanda de materias primas. Se trataba de producir más y transportar con mayor rapidez productos para el consumo de los centros industriales. La producción de latinoamericana creció dentro de los límites de un monocultivo que producía para el mercado internacional.
Mano de obra y comienzos de la inmigración europea
Muchos son los motivos por los cuales la mano de obra en Latinoamérica tendría el carácter de problema serio. El orden colonial, llevaría a esta parte del continente a producir las materias primas que abastecerían la amplia demanda europea.
Pero las transformaciones económicas están a la orden del día, ya que en un lapso relativamente corto, se podrían distinguir distintos tipos de economía. América Latina no queda al margen de estas modificaciones, pero encontramos una constante en su historia, y si se quiere una paradoja; estas modificaciones, no modificaron el rol que venia desempeñando en el plano económico de las grandes potencias.
El nuevo orden imperante, propondría nuevas formas de colonialismo, y acentuaría el sometimiento y la dependencia de este sector de América a los requerimientos del modelo vigente. Desde 1825 hasta 1850, no encontramos grandes transformaciones en el macro panorama de Latinoamérica, pero a partir de esta última década ya se advierte un crecimiento en las economías de exportación, que ira gradualmente creciendo hacia el final del siglo, a la vez que se inician procesos de diversificación e industrialización en algunas zonas.
“El crecimiento de las economías exportadoras y el incremento constante de la demanda europea de materias primas, se tradujeron en América Latina en un creciente requerimiento de brazos destinados a la producción.”
Las necesidades que el nuevo orden exigía, generarían muchos cambios que comenzando con lo económico, seguiría con la estructura, con aspectos sociales y culturales de los países de América Latina. Si bien la anterior afirmación bien puede aplicarse a toda América latina, es necesario entender que los procesos que se dieron en los países fueron distintos y variados y es necesario analizar cada caso en particular.
Ahora bien, para responder a las exigencias de este nuevo orden económico, se necesitaba producir en mayor cantidad y para producir en mayor cantidad, se necesitaba aumentar el rendimiento de los trabajadores locales o introducir otros nuevos. Desde la época de la colonia, la carencia de mano de obra se resolvía con la introducción de esclavos procedentes de África. Pero este tipo de mano de obra encontrara en el siglo XIX su desintegración. Varios son los motivos por los cuales la mano de obra esclava, ira perdiendo importancia en los distintos tipos de producciones, pero básicamente, analizaremos los que consideramos mas importantes.
En primer lugar, podemos decir que quienes habían sido explotados bajo la condición forzada del trabajo servil, no podían responder a las nuevas exigencias, es decir que, las características propias del sistema esclavista, lo condenan a desaparecer ante las contradicciones que tiene con el sistema capitalista desarrollado en este periodo. “Por motivos vinculados a la propia forma de organización social del trabajo, el sistema esclavista imponía limites al proceso de nacionalización de la producción y a la rentabilidad económica». La economía esclavista era entonces una “economía de desperdicio” y además se fundaba en requisitos sociales de producción que lo hacían poco flexible ante las necesidades de innovación en la técnica productiva ”la economía esclavista, además, presentaba un escaso dinamismo para adaptarse a las fluctuaciones de un mercado de normas capitalistas.
En la próxima entrega abordaremos el impacto de la 1° Guerra mundial y el papel jugado por los EE-UU.
Imagen 1: Gran Enciclopedia temática Plaza, Historia Universal III, Plaza y Janés, Barcelona, 1994, pág. 86.