La conquista de España por los musulmanes, puso en contacto directo dos civilizaciones, la islámica y la cristiana. A partir de ese momento la amenaza musulmana obligó al mundo cristiano a adoptar políticas tendientes a enfrentar el nuevo peligro. El Islam parecía incontenible. Derrotados los visigodos en el año 711, los musulmanes rápidamente ocuparon toda la península ibérica. ¿El próximo objetivo? la conquista de las Galias.
El sur francés era defendido por el duque Odón de Aquitania, quien no sólo debía resistir los ataques musulmanes, sino también enfrentar al reino franco que quería dominar toda la región. En 730 Odón se alió con el Emir árabe que controlaba la actual región de Cataluña, alianza que le permitió ganar un poco de tiempo. Un año después, el Emir fue derrotado como parte de las peleas intestinas entre los árabes y el territorio de Odón nuevamente se vió amenazado, siendo derrotado en la batalla de Garona. Las pérdidas cristianas fueron incontables.
Odón, derrotado, se dirigió al norte para advertir a Carlos Martel -por ese entonces ya mayordomo del palacio de la dinastía merovingia- de la amenaza inminente y para pedirle ayuda en la lucha contra el avance árabe. La situación fue aprovechada por Martel, exigiéndole a Odón -a cambio- que aceptara formalmente el señorío de los francos.
La batalla tendrá lugar cerca de Tours, en el mes de octubre del año 732, entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel y el ejército islámico a las órdenes del valí (gobernador) de al-Ándalus Aderramán ibn Abdalá Al Gadiki.
La estrategia de Martel fue brillante, teniendo en cuenta la disparidad entre los dos ejércitos – los francos eran casi todos soldados de infantería, en tanto que los musulmanes eran tropa de caballería. Al Gafiki ordenó cargas repetidas de caballería que fueron resistidas por los disciplinados soldados francos. La derrota musulmana fue total y Al Gafiki resultó muerto.
CONSECUENCIAS, IMPORTANCIA
- La batalla fue vital para detener la expansión islámica hacia el norte desde la península Ibérica, impidiendo la invasión musulmana de Europa.
- Preservó el cristianismo como fe dominante, durante un periodo de gran expansión del islamismo.
- La brillante actuación de Carlos Martel, posibilitó su ascenso personal, que le hizo valer su autoridad en todo el reino.
Estudiosos como el inglés Edward Gibbon (1737-1794), sostuvieron que, si los francos hubiesen sido derrotados, los árabes hubieran conquistado fácilmente una Europa dividida. Gibbon escribió: «Una marcha victoriosa se había extendido mil millas desde el peñón de Gibraltar hasta las orillas del Loira; la repetición de un espacio igual hubiera llevado a los sarracenos a los confines de Polonia y a las Tierras Altas de Escocia; el Rin no era más infranqueable que el nilo o el Éufrates, y la flota árabe podría haber navegado sin una batalla naval hasta las bocas del Támesis».
Bibliografía consultada: Romero, José Luis, La Edad Media, FCE, Bs. As. 1949.